Rachel Woods, nutricionista: "5 cosas que me gustaría que la gente supiera antes de comprar suplementos"
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Rachel Woods, especialista en nutrición, ha resumido en The Conversation las “5 cosas que me gustaría que la gente supiera antes de comprar suplementos”. Estos productos, que van desde el colágeno en polvo hasta las populares gomitas para reforzar las defensas, se encuentran en redes sociales, supermercados y botiquines. Aunque se anuncian como soluciones rápidas para dormir mejor, mejorar la piel o aumentar la concentración, Woods advierte que sus beneficios no siempre cuentan con respaldo científico y que su uso debe analizarse con cautela.
La primera recomendación de la experta es clara: priorizar la obtención de nutrientes a través de la alimentación antes de recurrir a cápsulas o polvos. Los alimentos integrales ofrecen combinaciones únicas de vitaminas, minerales y otros compuestos que actúan de forma conjunta, como ocurre con el salmón, rico en omega-3, vitamina D y selenio. Aun así, reconoce que hay casos donde el suplemento es necesario, como el ácido fólico durante el embarazo, la vitamina D en meses con poca luz solar o la B12 en dietas veganas.
En segundo lugar, alerta sobre el riesgo de consumir dosis excesivas. Las vitaminas liposolubles —A, D, E y K— pueden acumularse en el organismo y causar daños renales, hepáticos o óseos. Incluso las hidrosolubles, como la B6, pueden provocar lesiones nerviosas si se toman en exceso durante periodos prolongados. Muchas personas no controlan sus niveles con análisis y descubren el problema solo cuando aparecen síntomas.
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Woods advierte también de la gran cantidad de mensajes publicitarios disfrazados de consejos que circulan en internet y redes sociales. Palabras como “detox”, “natural” o “refuerza el sistema inmune” no tienen definición científica y forman parte de estrategias de marketing. En el caso del marketing multinivel, señala que los vendedores suelen carecer de formación sanitaria y basarse en experiencias personales, lo que puede inducir a un consumo innecesario o poco seguro.
Otro aspecto clave es que el sector de los suplementos alimenticios mueve más de 100.000 millones de dólares a nivel mundial y su meta principal es generar beneficios. La nutricionista recalca que, aunque hay productos respaldados por evidencia científica —como el hierro o la vitamina D—, otros se promocionan con promesas exageradas. Si un suplemento tuviera un efecto demostrado, lo recomendarían profesionales de la salud y no únicamente celebridades o influenciadores.
Por último, recuerda que no todos los suplementos son seguros para todo el mundo. Ejemplos como la hierba de San Juan, que puede interferir con antidepresivos o anticonceptivos, o la vitamina K, que altera la acción de anticoagulantes, muestran la importancia de consultar con un médico o farmacéutico. Además, algunos no se han evaluado en mujeres embarazadas y dosis altas de vitamina A pueden ser peligrosas durante la gestación. Su consejo final es claro: asegurarse siempre de que el suplemento sea seguro y realmente necesario.
El Confidencial